Hoy os traigo lo que podrían ser
unas primeras impresiones, aunque de los 11 primeros tomos, de Ajín semihumano,
un manga cuyo primer tomo compré simplemente por curiosidad y su genial
portada, y que, tras su lectura, quedé encantada y con muchas ganas de continuar
la historia. Ahora que por fín le he dado una oportunidad a todos los tomos que
había en mi estantería, os comento mis impresiones.
Sólo espero que cuando termine
esta obra en el mercado español y conozca el final de esta historia, mis
impresiones sólo cambien a mejor.
SINOPSIS. (DE CREACIÓN PROPIA)
Hace 17 años, los soldados
americanos capturaron a un militar en África que no podía morir, aunque su
intención era ocultarlo, pronto corrió el rumor por todo el mundo. Ahora Kei
Nagai, un estudiante de instituto, se encuentra en la misma situación tras
resucitar milagrosamente después de ser atropellado por un camión,
convirtiéndose en el cuadragésimo sexto semihumano declarado en el mundo y el
tercero en Japón.
OPINIÓN PERSONAL.
La trama.
Mi opinión sobre los 11 primeros
tomos de Ajín Semihumano -al día con la publicación española- es que se trata
de una historia con un buen punto de partida: personas con la capacidad de
regenerarse después de haber muerto, un espectro negro a sus espaldas y un
abanico de posibilidades de emplear estas habilidades dentro de una guerra
social y política.
Todo pinta interesante, una buena
historia que promete ser de lo más entretenida y que, al estilo de Death Note,
enfrenta al protagonista-antagonista en una batalla que decidirá el destino de
Japón y del resto del mundo.
Durante los 11 tomos el ritmo a
la hora de contar la historia ha sido constante, y ha mantenido mi interés todo
el tiempo. Aunque confieso que prefiero los momentos de peleas entre los IBM que
las escenas de “politiqueo”. Pero nos os preocupéis, porque estas no resultan
tediosas ni demasiado abundantes. Y, a pesar de ser una historia seria, Ajín
también cuenta con numerosas escenas cómicas, chocantes para mí en un primer
momento -dado el evidente dibujo seinen en contraste con las caras desencajadas
de los personajes en el momento de la ironía-, pero que, en cuanto te vas a
adaptando a la historia, notas que esas escenas encajan perfectamente. Parecen
actuar de descanso para una carcajada rápida antes de seguir con la seriedad de
la trama.
También tenemos los flashback,
advertidos al lector mediante un degradado negro en el fondo de las viñetas,
que nos va desvelando información del pasado que repercute y completa la
historia actual.
Sâto y Kei Nagai.
El desarrollo de los personajes
es lento, pero notable -a la par con la trama-, por lo que poco a poco vamos
viendo las verdaderas intenciones y sentimientos de cada uno de ellos. Además
de que hay un gran elenco entre los figuras protagonistas y muy pocos se quedan
al margen. Casi todos tienen algo que aportar a la historia, lo que da la
sensación de que ningún personaje sobra. Hay que destacar, como ya he
mencionado, la relación entre el protagonista principal, Kei Nagai, contra el
peor terrorista semihumano en Japón, Sâto, basada en una guerra inteligente por
ver quién aplica mejor las habilidades de semihumano y gana la partida. Y es
que es precisamente el enemigo de la historia el que más aporta a la obra.
Sâto, un exmilitar de padre inglés y madre china, cuyo nombre real es Samul T.
Owens, parece no sentir empatía ni afecto por nadie desde pequeño. No le
importa morir una y otra vez, ni amputarse un brazo con un cuchillo o rebanarse
la cabeza para conseguir su objetivo. Para él, vivir es la guerra, y la guerra,
un juego.
Los IBM.
Es en gran parte Sâto, y en menor
proporción, Kei y el profesor Ogura, quienes nos van a desvelar lentamente
nuevas formas de emplear los IBM -la materia negra- o de sacar el máximo
partido a los momentos de regeneración. Las escenas de lucha entre los
espectros negros son un gran aliciente en la historia, y una manera de aprender
más sobre ellos. El diseño y actuación de estos varía según su propietario,
siendo el IBM de Kei de los más peligrosos por su actitud autodidacta y
colérica.
Secundarios que no parecen tan secundarios.
Todos aportan mucho a la trama, y
todos tienen su propio interés por el que luchar. No van con Kei, no son un
“grupito de héroes”, pero están dispuestos a luchar contra las atrocidades de
Sâto. Tenemos a miembros de la organización de seguimiento y control de
semihumanos -que actúan por su cuenta, beneficio y en secreto-, a los hombres
de negro, a Kei Nagai -cuyo amigo Kai ayudará de forma intermitente- y a Ko
Nakao -nuevo semihumano en la historia- a quien Kei llama tonto continuamente,
pero que ahora conforma un buen dúo con Kei.
Entre los malos, Sâto y su tropa:
Tanaka, Gen, Takahashi y Okuyama. Tres novatos diferentes entre sí con sus
propios matices. Especialmente Tanaka, el segundo semihumano descubierto en
Japón y el primero reclutado por Sâto, quien a pesar de haber vivido los
atroces experimentos realizados en secreto con semihumanos, es de carácter
débil y está dando un giro en estos últimos tomos.
LO MEJOR.
La relación
protagonista-antagonista entre Kei Nagai y Sâto y el genial diseño y empleo de
los semihumanos en una interesante trama que avanza a un ritmo adecuado, de la
mano de un mangaka japonés notablemente crítico con su país, hacen de Ajín
semihumano uno de los mejores mangas que sigo hasta el momento.
LO PEOR.
Que, como en toda trama de
acción, algunos personajes mueren y no mola si te habías encariñado.
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